Olivar de Segura

Olivar de Segura - Grupo Cooperativo

Olivar de Segura: Un Modelo Cooperativo para el Progreso Rural

La economía social ha demostrado una y otra vez que la colaboración y la solidaridad son fundamentales para el progreso. En 1989, Olivar de Segura se estableció como una cooperativa, uniendo a más de 5,000 familias de pequeños agricultores. Este enfoque cooperativo les permite aprovechar los recursos compartidos, mejorar las condiciones de vida de quienes forman parte de esta comunidad y fortalecer el desarrollo rural.

Un Pilar Económico en las Zonas Rurales

La cooperativa Olivar de Segura opera a través de 12 almazaras y es un pilar económico esencial en las zonas rurales donde trabaja. Su modelo de negocio promueve la solidaridad y la profesionalidad entre sus miembros, y se rige por principios de igualdad, equidad y democracia.

Ofreciendo Más Allá de la Comercialización

Además de su rol principal en la comercialización de productos agrícolas de sus miembros, Olivar de Segura también proporciona una serie de servicios esenciales para el buen funcionamiento de las almazaras y los agricultores asociados. Estos servicios incluyen formación, representación, asesoramiento técnico y gestión de la calidad, entre otros.

Compromiso Social y Cultural

La cooperativa está comprometida con su entorno y colabora con organizaciones y eventos que enriquecen la cultura y la sociedad de su región. Esto no solo resalta la calidad de los productos de la Sierra de Segura, sino que también destaca el valor social que aporta su modelo cooperativo y su impacto positivo en las áreas rurales en las que operan.

Las cooperativas y almazaras asociadas a Olivar de Segura se extienden por toda la región de la Sierra de Segura, contribuyendo de manera significativa a su economía y comunidad local. Cada una de estas entidades representa un pilar fundamental en la promoción de valores como la igualdad, la solidaridad y la colaboración en beneficio de todos.

Olivar de Segura demuestra que la cooperación y la economía social no solo son un motor económico efectivo, sino también una herramienta poderosa para el desarrollo rural y la mejora de la calidad de vida de las comunidades agrícolas. A través de su compromiso con la igualdad y la solidaridad, están tejiendo un futuro más brillante tanto para los agricultores como para la región en la que operan.